Aunque con la evolución de la sociedad, a veces cuesta encontrar tiempo para dedicarle a la cocina, existen estudios que afirman que pasamos más de 1 año y medio de nuestras vidas cocinando. No solo eso, si no que gastamos entre 6-7 años comiendo. Así que es lógico pensar que el Ser Humano se haya estrujado el coco en lo que a este ámbito se refiere. Gracias a ese ímpetu de mejora en la cocina, estas han vivido innumerables cambios e innovaciones.
¿Te has preguntado alguna vez, cómo sería la vida si las cocinas fueran como hace 200 años? Los electrodomésticos que hoy conoces, muchos ni siquiera existirían.
En este blog hablamos un poco sobre los aparatos más importantes que podemos encontrar en una cocina. De dónde salieron, quién los inventó o cuándo aparecieron por primera vez.
Microondas
Ese conocido aparato, que no ha permitido pasar de tener que calentar la leche al fuego una fría mañana de enero a tenerla lista en tan solo 2 minutos. Su padre es Percy LeBaron Spencer, científico estadounidense y trabajador de la empresa Raytheon Manufacturing Company, una empresa que se dedicaba a la electrónica militar durante la I Guerra Mundial.
El microondas es un invento relativamente joven, ya que nació un 8 de octubre de 1945 (hace 75 años) en EEUU, en el estado de Massachusetts, bajo la patente de “horno microondas”.
A pesar de su lugar de origen, el invento fue resultado de otro progreso tecnológico británico, el “magnetrón” , utilizado en la fabricación de radares aéreos.
Tras la incapacidad de mejorarlos, la empresa Raytheon, a través de Percy, les sugirió realizar ciertos cambios de cara a aumentar su efectividad. Durante sus investigaciones, una chocolatina en el bolsilo de Percy se derritió sin que este sintiera calor. Así que dedujo que se trataría de las microondas del magnetrón. Lo curioso es que, para corroborar su teoría, a parte de muchas otras, una de las pruebas que realizó fue pedir que le trajeran una bolsa de palomitas, y estas empezaron a estallar acabando en el suelo de todo el laboratorio.
Nevera
La conservación de los alimentos es un aspecto que hoy en día es prácticamente inconcebible sin la ayuda de la nevera.
Este aparato dista bastante de cómo era originalmente. Se trataba de un aparador de madera cubierto por un aislante (como corcho o piel) que era rellenado con nieve, permitiendo así guardar los alimentos a una temperatura inferior a la del exterior.
A pesar de que “nevera” es un término español, su creador es Carl Von Linden, un alemán que patentó la nevera tal y como la conocemos, en 1876. Aunque no fue hasta el siglo XX que se empezó a distribuir su uso en hogares. Al principio su tamaño era excesivo y utilizaban unos procedimientos que incluían amoniaco, muy peligroso, así que su uso era puramente industrial. Tras avances en los mecanismos (como bombas para expulsar el calor o condensadores de vapor) y reducciones de tamaño, la empresa Frigidaire comercializó la primera nevera de uso doméstico (1923).
Cafetera
Hoy en día existen multitud de cafeteras. Las hay de uso doméstico, para 1 o 2 personas, ya sean eléctricas, de filtro, expreso o cápsulas, hasta verdaderas obras de la ingeniería para uso profesional, capaces de preparar cafés suficientes para todos los invitados de una boda.
Y aunque hoy en día todos conocemos las famosas cafeteras de cápsula (y tener una en nuestra casa es algo ya más que habitual) las cafeteras de filtro o goteo son las veteranas que nos han acompañado (y todavía lo hacen) desde hace mucho tiempo. Pero ¿quién inventó las cafeteras?
El primer concepto de cafetera surge en 1802, gracias a un farmacéutico francés llamado François Antoine Descroisilles, que decidió juntar dos recipientes metálicos que se unían por una placa de con agujeros. Al calentar el agua, el vapor subía por los agujeros impregnándose de la esencia y sabor del café del filtro. Se llamó “cafeolette”. Tras imitaciones e intentos de copia, fue en 1873 cuando aparece la primera patente norteamericana de una cafetera. Sin embargo el concepto de “cafetera italiana” o “moka express” no surge hasta 1933 gracias al italiano Alfonso Bialetti, (curiosamente basó su diseño en una lavadora) Invento patentado bajo su nombre por Luigi de Ponti. En 1992, De'Longhi (hoy empresa líder) desarrolló la cafetera Bar, su primera cafetera espresso. A pesar de cambios y avances, el diseño italiano sigue manteniéndose prácticamente intacto desde entonces.
Horno
El horno es una de esos productos que no tiene un “dueño”, por así decirlo, si no que a lo largo de la historia la humanidad ha ido introduciendo sus diseños y mejoras hasta día de hoy.
Los egipcios (4.000 a.c) usaban hornos de barro para cocer el pan, con orificios abajo para colocar y quemar la leña. Los griegos tomaron ese concepto y lo mejoraron, posteriormente los romanos lo hicieron con estos. Se convirtió en un elemento esencial de aquella sociedad de cara a la preparación del trigo y el pan. Los romanos usaban su diseño de construcción típico de “arco” en la elaboración de hornos, pero ya en el S.XVIII se empezaron a introducir hornos de hierro fundido con salidas para humos y mejores cavidades para introducir los alimentos.
Finalmente, tras la II GM los hornos se introdujeron como símbolo de calidad de vida en nuestras cocinas, sufriendo cambios y mejoras continuamente gracias a los avances en la tecnología.
Lavavajillas
Ahorro de tiempo, agua y recursos. Sin duda el lavavajillas se ha convertido en un aliado fundamental en el cuidado y mantenimiento del menaje de cocina. La ayuda perfecta para afrontar grandes cenas de amigos o mesas repletas de comensales. Pero, ¿a quién debemos esta maravillosa ayuda?
Su inventora fue Josephine Cochrane. Harta de ver como el servicio rompía la vajilla al lavarla a mano en cada evento social, decidió hacerlo ella misma. Pero se dio cuenta de que el volumen de vajilla a limpiar era excesivo así que pensó un método para simplificar dicha tarea. Fue así como, a finales del siglo XIX, en 1886, diseñó un artilugio formado por una rueda, que giraba con un motor, con compartimentos individuales que de tela metálica que recibían agua con jabón, calentada desde una caldera de cobre.
Tras compartir su invento con los medios de comunicación y algunos de sus allegados (aunque sin mucho éxito) decidió crear su propia empresa, a la que llamaría Garis-Cochran Dish-Washing Machine Company.
En el siglo XX empezaron a aparecer mejoras en el diseño y fue a partir de 1929 que apareció el “Lavavajillas eléctrico” a cargo de la empresa Miele.
Cocina eléctrica.
Aunque existen personas que siguen prefiriendo el fuego a la hora de cocinar, la vitrocerámica y la inducción se han vuelto la opción más popular a lo largo del mundo.
Son, sin lugar a dudas, la evolución directa de los fogones. Estos aparecieron por primera vez en Japón (llamados Kamado) aunque no se alimentaban todavía por gas, si no con madera o carbón.
Gracias a los avances en la industria, aparecieron los fogones de hierro (1740) y estos fueron sustituyendo a las chimeneas tradicionales. No fue hasta 1825 cuando apareció el primer fogón alimentado por gas.
Durante el siglo XX la electricidad superó al gas como fuente de energía, y eso dio lugar a la presentación en 1893 de la primera cocina eléctrica en la Expo Mundial de Chicago. Cocina que no se popularizaría hasta 1930.
Batidora.
¿Quién no se ha hecho un batido de frutas con un poquito de hielo? O uno de los ya famosos batidos detox, de verduras como el pepino, calabacín, cebolla... O como no, un rico gazpacho fresquito.
Lo cierto es que la batidora, aunque normalmente no sea la principal protagonista en la cocina, nos ha facilitado enormemente el procesado de los alimentos. Salsas, condimentos, acompañamientos, purés, batidos, cremas,mantequillas, postres...etc. Tan solo son algunos ejemplos de la infinidad de opciones que nos permite la batidora.
Existe una leve controversia en cuanto a su invención ya que, originalmente se le atribuye a Stephen J. Poplawski, gracias a su invención en 1922 tras largos años de desarrollo e investigación. Pero lo que inventó no fue una batidora, sino una licuadora.
El primer dispositivo que se podría catalogar como una batidora fue inventado en 1904 por un ingeniero estadounidense llamado Herbert Johnson.
Si bien es cierto que no tardó en incorporarse la electrónica en estos aparatos, las primeras batidoras eran mecánicas, y estaban inspiradas en otros dispositivos existentes, las mezcladoras de pan. A medida que su tamaño y peso se fueron reduciendo, se fueron incorporando a los hogares, siendo en 1919 cuando la empresa de Herbert, Hobart Electric Manufacturing Company lanza su primera batidora de pie doméstica.
Han pasado ya más de 100 años desde esta brillante idea y su desarrollo e innovación todavía sigue ocurriendo. Diferentes tamaños, pesos, formas, colores, aleaciones y marcas amplían cada día las opciones de mercado.
Como habéis podido comprobar, todo tiene un pasado. Hasta las cosas más mundanas y pequeñas, como un tenedor (que empezaron a encontrarse hace ya 5.000 años) tienen algo que contar. Seguro que ahora, cuando entres a la cocina, la mirarás con otros ojos.